Las pantallas se han convertido hoy en día en un elemento fundamental de nuestro día a día. Ya no nos imaginamos el mundo sin ellas. A través de ellas hacemos un sinfín de tareas como entretenernos, jugar, comprar, trabajar e incluso gestionar el hogar, entre otras muchos. De hecho, la pantalla de nuestro teléfono móvil nos acompaña a todos lados e incluso descansa junto a nosotros en nuestra mesilla de noche. ¿Es posible conseguir un equilibrio para que el mundo digital no llegue a ser una obsesión? ¿Es posible encontrar el equilibrio entre la vida ‘online’ y ‘offline’?